Un poquito de memoria.


En el 2009
Comenzamos nucleando ocho familias cercanas, con las mismas inquietudes alrededor de la alimentación en cada hogar, y también alrededor de las consecuencias del modelo de producción implementado en nuestros países a partir de la llegada de  la llamada Revoluciòn Verde. Teniendo ciertas claridades en cuanto a este panorama, su historia y sus consecuencias, buscamos ejercer nuestro derecho a la alimentación sana desde la acción colectiva, desde la autoganizaciòn.

Los cimientos de estas actividades radican en el convencimiento de que el consumo es un acto profundamente político. A través de las decisiones atomizadas de cada familia en tanto que consumidora diaria de alimentos y el resto de productos a los que podemos acceder en el mercado, no tenemos capacidad de incidencia. Pero desde el momento en que ya no somos simples consumidores en el mercado, sino personas nucleadas alrededor de un proyecto de vida concreto, nuestras posibilidades de crear alternativas crecen exponencialmente. Es así que a través de una paciente tarea pedagógica, fuimos logrando que cada vez más familias se acercaran y participaran en el proceso.

La experiencia nos muestra que es necesario recorrer el camino paso a paso, privilegiando los aspectos cualitativos por sobre los cuantitativos de la actividad. Esto es, muchas personas se acercaron motivadas por la posibilidad de acceder a alimentos limpios a bajo costo, pero sin la visión acerca de las implicaciones políticas y sociales de nuestro proyecto. Ante esto, el colectivo decidió establecer unas reglas claras de participación y compromiso por parte de l@s nucleados. Estas reglas se hicieron conocer, y se fueron implementando gradualmente. Así, en la primera etapa se permitió que la gente se fuera empapando poco a poco de la dinámica de los núcleos, sin que se las excluyera por no cumplir ciertos requisitos fijados previamente, como la participación activa en la preparación de las canastas y su distribución. Muchas personas simplemente ponían el dinero correspondiente y retiraban su canasta de productos el día acordado.

Gradualmente los requisitos de participación se fueron haciendo condición sine qua non para acceder a las canastas. Así, algunas personas dejaron de ser convocadas al ejercicio, y hoy estamos privilegiando aquellas que han demostrado interés y predisposición a tener una participación plena.

2010
De las 8 familias iniciales, hoy tenemos 15 familias con el compromiso pleno de participar cada 15 días en el ejercicio, y 15 más “flotantes”, aquellas que participan pero no cada 15 días, sino una vez por mes, o menos. Este año tenemos como objetivo estabilizar el núcleo de 25 familias con compromiso pleno. Esto nos va a permitir establecer dinámicas mucho más ricas de trabajo: mejor coordinación, la posibilidad de ir estableciendo responsabilidades rotativas en todo el núcleo, la realización de proyectos más amplios, como el reemplazo de todos los empaques no biodegradables por biodegradables, el establecimiento de un fondo, la realización de talleres, entre otras muchas cosas que iràn surgiendo a medida que nos sigamos encontrando regularmente. Sabemos que estos espacios de encuentro son el terreno màs fértil de donde pueden surgir un sinfín de alternativas, ideas y acciones.

Por el lado de l@s productores la tarea no ha sido fácil tampoco.

Comenzamos trabajando con el Mercado Ecològico Solidario de Fusagasuga, que es organizado por el SENA de la región. L@s productores/as que hicieron su formaciòn en agroecologìa en esta institución fueron invitados a participar de un mercado semanal, donde tod@s pueden ofrecer sus productos. Los inicios parecieron muy prometedores, sobre todo por la posibilidad de interlocutar con productores/as organizadas, ya nucleadas, lo que nos permitió tener una gran variedad de productos en la canasta. Ademàs, se facilitaba la cuestión del transporte, cuello de botella de este tipo de proyectos por el incremento de los costos que implica, dado que todo se traìa del mismo lugar el mismo día. Continuamos trabajando con ellos, visitando las fincas y tejiendo acuerdos hasta que decidieron, por Asamblea, subir los precios en unas proporciones altísimas. Esta decisión acabò con los acuerdos a los que habíamos llegado, y va en la dirección diametralmente opuesta a nuestros objetivos, que es precisamente democratizar el acceso a alimentos sanos, y que no se conviertan en productos de lujo al alcance de los sectores màs pudientes de la sociedad, con todas las implicaciones que eso tiene.

Luego entramos en contacto con una cooperativa de productores de Usme, que realmente cumplìa con varias de nuestras expectativas: la cercanìa, la variedad de productos por la asociación de números fincas, las pràcticas agroecológicas. Este trabajo también tenía muchas perspectivas de seguir fortaleciéndose. Fuimos a visitarlos, a conocer sus fincas, las personas que estaban produciendo los alimentos que llegaban a nuestra mesa, creando relaciones directas, que es también uno de los objetivos fundamentales. Lamentablemente, luego de varios meses de relación, la cooperativa cortò todo tipo de comunicación, y ya no fue posible contactarlos. Este corte fue abrupto, sin razones que lo expliquen y no hubo ninguna respuesta por parte de la persona encargada del contacto con nuestro núcleo. Estas experiencias reflejan las dificultades y complicaciones en la creación de relaciones estables entre el núcleo urbano y los porductores rurales.
Otra de las estrategias utilizadas fue la compra en los Mercados Campesinos, en la central de Abastos, o en proveedores que ofrecen productos a muy bien precio. Estas opciones permitieron la continuidad del ejercicio màs allà de los sobresaltos en las relaciones con los productores directos.

En estos momentos estamos estableciendo una relación muy buena y con buenas perspectivas de afianzamiento con la finca de la Universidad Nacional, Marengo. Por otro lado, estamos planeando ejercicios de siembra y colaboración directa con integrantes del núcleo que tienen acceso a la tierra, y con colectivos de productores muy interesados en formar parte de los núcleos. Ya tenemos la provisiòn de panela y de café orgánicos de personas pertenecientes al núcleo,  de frìjol con un productor de Cundinamarca, de quinua con productores de Boyacà. Estamos esperando la cosecha de los productos de un colectivo de agroecologìa cercano a nosotros, y últimamente estamos trabajando en la creación de lazos con un grupo de mujeres de Mesitas del Colegio. 
2011
Este año logramos la consolidaciòn del nùcleo original y el comienzo de un segundo nùcleo.
Con un promedio de 30 familias cada 15 dìas, el ejercicio se ha ido fortaleciendo, y nuevas alianzas permiten que tengamos una canasta variada, de calidad y con precios acordados conjuntamente entre productores/as y consumidores/as.
Desde la Vereda La Pradera, La Asociaciòn de Productores/as de La Pradera, Subachoque, provee de alimentos de tierra frìa, mientras caminan en el fortalecimiento de su organizaciòn.
Desde Viani, la seccional de Agrosolidaria provee con alimentos de tierra caliente, lo que nos permite tener una canasta cada vez màs balanceada.
Ademàs, seguimos teniendo los productos de Don Pedro de Ciudad Bolìvar, la quinua de Soracà, las orellanas de Usme, el café de Altos de la Florida, la panela de Mariquita, guatilas de Zipacòn, entre otros productos que enriquecen nuestro ejercicio en todo el sentido de la palabra.
A l@s productores/as, nuestro agradecimiento por su labor!!!
2012 
 El 2012 es un año de cambios!!!
A principios de este año comenzamos una nueva etapa del proceso. Después de acumular aprendizajes y experiencias en todos estos años, contamos con las herramientas suficiente para profundizar el ejercicio. 
Por un lado, surge una organización dedicada de lleno a la construcción de una red agroalimentaria basada en los principios de la agroecología y la economía social y solidaria, la Red Agroecológica La Canasta 
www.la-canasta.org.
Por el otro, los núcleos de consumo consciente y responsable siguen funcionando autónomamente y haciendo su propio camino de construcción desde la autogestión. 
Se abren así las posibilidades de participación en diferentes modalidades, para que la propuesta llegue cada vez a más personas.